Líderes en Carolina del Sur y otros estados a lo largo de la costa Este están preparando la legislación y las posibles demandas legales contra los planes del presidente Donald Trump para permitir la perforación en el Océano Atlántico, mientras descubren cómo detenerlo y frenar los intentos de extraer petróleo y gas mar adentro. El 30 de noviembre, la administración de Trump aprobó el uso de pruebas sísmicas a lo largo de la costa atlántica para estudiar las reservas de petróleo y gas debajo del fondo del océano. Es el paso más reciente hacia el objetivo de Trump de abrir el Atlántico a las plataformas de perforación, los trabajos, la infraestructura y los contaminantes que lo acompañan. La aprobación de las pruebas sísmicas desencadenó una nueva ronda de maniobras entre los opositores de la perforación hacia arriba y hacia abajo en el Eastern Seaboard, e instó a los legisladores federales y estatales de Carolina del Sur a renovar sus pedidos de legislación para combatir la perforación en alta mar, que temen dañará la Economía del turismo costero. 

El gobernador Henry McMaster, quien se opone a la perforación en la costa de Carolina del Sur, presionó personalmente a Trump sobre el tema. Los motivos aún no han resultado en ningún cambio de política. Mientras tanto, los fiscales demócratas generales de Maine a Carolina del Norte han establecido su posición en contra de Trump y el Departamento del Interior de los Estados Unidos, que es responsable de regular la perforación en las aguas costeras. Todavía deben tomarse varios pasos antes de que las compañías de petróleo y gas puedan comenzar a comprar segmentos del fondo oceánico. Pero muchos líderes legislativos y legales en los estados costeros no están interesados en esperar que eso suceda.

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