A un número creciente de hispanos a lo largo de la frontera entre Texas y México, con actas de nacimiento que demuestran que nacieron en Estados Unidos, se les ha negado el pasaporte estadounidense, están recluidos en centros de detención e ingresaron en procedimientos de deportación, según informaron al Washington Post abogados de inmigración y personas afectadas.

Según el informe del Post, el problema surge de una afirmación del Gobierno de que desde la década de 1950 hasta la década de 1990, parteras y médicos que trabajan en la frontera emitieron certificados de nacimiento estadounidenses para bebés nacidos en México, algo que algunas parteras admitieron ante cortes.

El Departamento de Estado, dijo el Post, niega a cambiar su “política o práctica con respecto a la adjudicación de las solicitudes de pasaportes”. La agencia también dijo que la región fronteriza “resulta ser un área del país donde ha habido una incidencia significativa de fraude de ciudadanía”.

El Informador Staff

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