Me encuentro esperando al biólogo Ian Bartoszek, en una cafetería de Davie, Florida. A su llegada causa un gran revuelo con una bandeja gigante que parece transportar profiteroles. Algunos de los clientes habituales se acercan para preguntar si son patatas.
“Son huevos de pitón birmana” dice. “Ahora mismo en el campo, muchas pitones hembra, que no hemos atrapado, están sentadas en nidos como éste de los que pronto eclosionarán los huevos”, explica.
La nidada de 40 huevos desecados que ha traído es muy eficaz para mostrar su punto de vista. Bartoszek, que trabaja para la Conservación del Suroeste de Florida (del inglés, Conservancy of Southwest Florida), siente que es necesario hacer todo lo posible para llamar la atención de la gente sobre los estragos que estas criaturas están causando.
Los Everglades de Florida son conocidos internacionalmente por sus caimanes, pero ahora otro reptil se ha convertido en el rey: la serpiente pitón invasora de Birmania. Originaria del sur y sureste asiático, la especie fue vista por primera vez en los Everglades en la década de 1970, después de ser abandonadas por criadores irresponsables de mascotas. El clima subtropical de temperaturas ideales y la abundancia de presas indefensas, ayudó a que su población se multiplicara magníficamente. Y no sin consecuencias.

Devorando la fauna local a su paso
Según algunas estimaciones, su número podría superar los 150.000 ejemplares. Los enormes reptiles pueden alcanzar una longitud de siete metros y pesar más 110 kilogramos. A su paso devoran la fauna nativa que se encuentran, incluyendo mapaches, zorros, conejos de pantano y aves.
“Hemos registrado una disminución del 99 por ciento en el número de animales de piel fina”, dice Michael Kirkland, biólogo de animales invasores del Distrito de Administración del Agua del Sur de la Florida (SFWMD, por sus siglas en inglés). “Ahora están a la caza de aves zancudas e incluso de caimanes ocasionalmente”.
A medida que disminuyen las poblaciones de mamíferos más pequeños, los efectos se extienden a lo largo de la cadena alimenticia, y los depredadores nativos, como caimanes y panteras en peligro de extinción, pierden sus principales fuentes de alimento.
“Las pitones han aniquilado esencialmente su base de presas en el condado de Miami-Dade, el Parque Nacional de los Everglades y las áreas circundantes. Ahora sospechamos que expandirán su territorio tanto hacia el oeste como hacia el norte”, dice Kirkland.
El ecosistema de los Everglades, que una vez se extendió por más de 16.187 kilómetros cuadrados, se ha visto reducido a la mitad de su tamaño original por la agricultura y la expansión urbana. Ahora, las pitones amenazan con hacer que los claros de los bosques se queden sin vida.
“No hacer nada no es una opción”, afirma Kirkland. Para proteger el resto de la vida silvestre, desde el año pasado existe un programa de caza de pitones, para el cual el SFWMD ha seleccionado un grupo de cazadores.
El programa se ha ampliado recientemente. El Parque Nacional de los Everglades también se está uniendo al esfuerzo, reclutando cazadores y permitiendo el uso de escopetas. Recientemente han aniquilado a la serpiente número 1.100. “Creo que el parque es realmente el epicentro de la invasión de pitones”, opina Kirkland.

Cazando en la oscuridad
Los Everglades son un entorno difícil, una vasta y lenta vía fluvial con una sorprendente variedad de terrenos y cambios estacionales dramáticos. Con un sofocante y bochornoso calor, moscas que muerden, pastos afilados como navajas e incluso árboles venenosos. No es un paseo trabajar aquí como cazador.
Los cazadores pueden pasar una semana entera de 12 horas diarias buscando pitones sin encontrar ni un solo ejemplar, por lo que la perseverancia es clave. Thomas Rahill, uno de los autorizados para acabar con las serpientes, es el fundador de los “Simios del Pantano”, un grupo compuesto en su mayoría por veteranos militares dedicados a la lucha contra las especies invasoras.
Rahill es muy consciente de los peligros del trabajo. “Cuando te encuentras con una pitón grande, da igual dónde estés, es un animal muy peligroso, tienes que saber lo que estás haciendo”, enfatiza.
Una vez que se pone el sol, la oscuridad impenetrable desciende rápidamente sobre los claros. Rahill enciende un foco sobre el techo de su vehículo para alumbrar los diques, en los que pueden aparecer las pitones. Rahill explica que la mayoría de las 500 serpientes capturadas por los “Simios del Pantano”, fueron encontradas precisamente en estos lugares, especialmente de noche. Estos son lugares perfectos para que estos depredadores de sangre fría se calienten. La serpiente pitón es una especie ectoterma, cuya regulación de la temperatura corporal depende de fuentes externas, como la luz solar o una superficie de roca caliente.
Los cazadores también caminan a lo largo de los diques, buscando cada agujero y madriguera. Para localizar los nidos de pitón emplean cámaras boroscópicas, cuyos cabezales son muy pequeños. A medida que avanzan, cubren los agujeros con hierba seca, volviendo más tarde para comprobar si ha habido cambios.