Venezuela es mi peor pesadilla”, reconoció el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el 9 de noviembre en Londres, a donde asistió para recibir un premio del Real Instituto británico de Relaciones Internacionales, por su “excepcional diplomacia” con la que impulsó el proceso de paz.
“En efecto, una implosión social de Venezuela es un riesgo para Colombia, para el proceso de paz, y un factor en la campaña para elecciones parlamentarias y presidente/a en 2018”, dice a DW Roberto Cajamarca Gómez, analista y exdiplomático colombo-peruano en Venezuela, quien advierte que “no es la migración en sí el riesgo, porque esta puede tener efectos positivos en una economía, cuando es ordenada y se hace aprovechando la preparación que traen los inmigrantes”.
Otra cosa es lo que puede pasar si Venezuela se declara o es declarada, definitivamente, un Estado fallido y en bancarrota. “Los venezolanos se están muriendo no solo de hambre, sino por la escasez de insumos médicos y medicamentos”, afirmó la magistrada venezolana Elenis Rodríguez, quien en nombre de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela “en el exilio”, anunció la apertura de “un canal humanitario para paliar la escasez de alimentos y medicamentos”.
Perú condescendiente, Colombia paciente, y los demás inadvertidos
“Si bien países como Perú y Colombia están atendiendo a los venezolanos que huyen, otros países como Panamá les están cerrando las puertas”, apunta Cajamarca, economista y exconsultor de la Cámara Colombo-venozolana, con sede en Bogotá.
En vista de la aún mayor crisis que puede venir, Cajamarca apela al Grupo de Lima a realizar “una cumbre humanitaria sobre Venezuela para coordinar toda la ayuda humanitaria que América Latina pueda prestarle a los venezolanos”.
Migración Colombia estima que medio millón de venezolanos ha llegado a Colombia y unos 60 mil estarían en condiciones de ilegalidad. “Nosotros como Gobierno no podemos ser ajenos a la realidad que vive el pueblo venezolano y mucho menos cerrarle las puertas a un país hermano. Por esa razón implementamos un Permiso Especial de Permanencia (PEP), el cual les regulariza su situación migratoria y les permite, incluso, trabajar en Colombia”, dice a DW Christian Krüger, director General de Migración Colombia.