Tras la firma por parte de Juan Manuel Santos y ‘Timochenko’ del acuerdo de paz definitivo entre el Gobierno de Colombia y las FARC, a los colombianos les quedan unos pocos días de reflexión de cara al plebiscito el domingo 2 de octubre para refrendar lo pactado.
En una campaña marcada por un apoyo por el Sí diversificado en varios movimientos políticos y sociales (los partidos de la alianza de gobierno —La U, Liberal, Conservador, Cambio Radical— más la Alianza Verde, el Polo Democrático, el partido MIRA, además de grupos LGBT, indígenas, entre otros) y el apoyo por el No concentrado principalmente en el partido Centro Democrático y figuras de opinión como el expresidente Andrés Pastrana y el exprocurador Alejandro Ordóñez, aún hay quienes están indecisos o tienen interrogantes de peso para tomar su decisión.
La más reciente encuesta de Ipsos Napoleón Franco revelada este martes —contratada por medios locales— indica que hay un 19% de los encuestados que aún tiene posibilidad de cambiar su intención de voto. Además, de los consultados, un 21% dijo que no sabe si votará.
Las preguntas sobre el acuerdo han sido parte central de la campaña: por un lado el senador y expresidente Álvaro Uribe —jefe de la campaña del No— las plantea como argumento neurálgico para oponerse, mientras que en las últimas semanas el Gobierno —con la cara visible del jefe negociador Humberto de la Calle— ha hecho una campaña pedagógica intensa para responder, bajo su criterio, los cuestionamientos.
Estas son algunas de las preguntas:
¿Se logra con el plebiscito la paz absoluta?
Ha sido el caballo de batalla del Centro Democrático: señalar que el Gobierno engaña con la pregunta del plebiscito (¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?) debido a que lo que se pretende refrendar no es la paz, sino un acuerdo entre el Gobierno y un solo grupo guerrillero, las FARC.
Tiene la razón la oposición: con el acuerdo no se acaba el conflicto en Colombia, puesto que aún se mantienen en operación violenta grupos como el ELN, el Clan del Golfo, el grupo de Los Pelusos, Los Puntilleros y el Frente Primero de las FARC —disidencia de la guerrilla que se opuso al acuerdo—, las organizaciones grupos que, según el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos, Cerac, mantienen la violencia armada en el país bajo las características en que Colombia la ha conocido en el pasado medio siglo.
Además, como señaló el analista Rafael Nieto en entrevista con Patricia Janiot, presentadora principal de CNN en Español, sigue habiendo debate en el asunto semántico: ¿hay guerra o amenaza terrorista? Según las varias declaraciones del presidente Santos, con el acuerdo se acaba la guerra. Para Uribe y sus copartidarios, lo que existe es una amenaza narcoterrorista, aún vigente incluso después del proceso de paz.
El acuerdo de paz con las FARC significa el cese de hostilidades con el mayor grupo insurgente en el país en materia de miembros, acciones violentas y poder de influencia, según las cifras de Cerac. Por tanto, si bien no se termina la violencia armada en Colombia o el conflicto en toda su expresión, si se cumple lo pactado sí estaría erradicándose el origen de buena parte de ese conflicto y sacando de la ecuación al actor más importante.
¿Se renegociará el acuerdo si gana el No?
Esa ha sido la propuesta de la campaña por el No desde que las partes llegaron al acuerdo final en agosto: aunque reconocen la reducción efectiva de la violencia con el cese del fuego por parte de las FARC, los opositores dicen que el acuerdo tiene problemas graves y de fondo que deben ser corregidos porque podrían generan nuevas violencias. Uribe ha dicho que la idea es que no se levante la mesa de negociación.
Pero aunque las FARC en algún momento dieron declaraciones que permitían sugerir que esa podía ser una opción, en su reciente conferencia guerriller dejaron claro que no hay posibilidad de renegociación. ‘Carlos Antonio Lozada’, miembro del secretariado de las FARC, dijo en conferencia de prensa que “no existe la más mínima posibilidad de que lo acordado en La Habana sea renegociado; lo acordado, acordado está y no existe esa posibilidad”.
Además, el Gobierno y los jefes negociadores han sido enfáticos en que esa opción sencillamente no es posible. Humberto de la Calle dijo que renegociar es una “ilusión” y reiteró que el acuerdo de La Habana, aunque imperfecto, es “el mejor posible”.
Por CNN en español.