Diez años después con una gran sonrisa en su rostro y el orgullo de ser trabajador agrícola, Jonathan Pacheco Franco relata con emoción el día a día de lo que es ser un ‘campesino’ en Estados Unidos.
Cada mañana desde las 5:00 am, este joven apasionado por la vida y por su profesión, se prepara para iniciar un nuevo día de producción en los ‘ranchos’ de Charleston.
Una buena combinación de huevos con jamón preparados por él mismo, no pueden faltar en su desayuno diario antes de salir a caminar para encontrarse con sus compañeros de trabajo y tomar el ‘ride’ matutino.
“Me encanta cocinar, casi que aprendí la sazón de mi mamá y por eso lo hago, para sentir que estoy con ella”,
RELATA ESTE JOVEN MEXICANO.
Después de 40 minutos de recorrido y a su llegada a los campos de cultivo, Jonathan narra que su día de trabajo transcurre en recolectar tomates, frutas o lo que le pidan en ese momento, aunque él prefiere seleccionar las sandías “ya que se gana un poquito más”, cuenta entre risas.
Durante las ocho o nueve horas que dura su jornada laboral, este trabajador esencial se goza cada minuto de trabajo. Es una persona llena de alegría y entusiasmo.
“Me encanta hacer este trabajo porque estoy todo el tiempo en contacto con la naturaleza, con los animales, me siento tranquilo y entretenido”,
EXCLAMÓ PACHECO.
Y es que además de ser un aficionado por la naturaleza, ver Netflix, jugar fútbol, cocinar y aprender sobre nuevas cosas, hacen parte de la personalidad de este orgulloso mexicano en tierras estadounidenses.

Su mayor motivación
En los intervalos de descanso de su jornada, además de comer, retomar fuerzas para continuar y hacer reír a sus compañeros, este campesino manifiesta que su mayor motivación para hacer este trabajo es su mamá y tener un mejor futuro.
“Siempre pienso en mi mamá porque yo crecí sin papá pero ella es como madre y padre al mismo tiempo. Mientras selecciono las frutas estoy pensando en ese momento cuando nos volvamos a reencontrar, quiero llegar con bien a ver a mi mamá, por eso hago este trabajo y también, pienso mucho en mí y en salir adelante”,
INDICÓ ESTE INMIGRANTE.
El buen clima de Charleston, la relación con sus compañeros y la satisfacción de contar con un día más de trabajo, ha hecho que su paso por esta ciudad sea un poco más acogedor y fácil para adaptarse.
“Me siento alegre, me siento muy motivado, siempre nos hacemos reír entre nuestros compañeros, no hay tristezas en estos momentos porque siempre tratamos de convivir disfrutando la vida”,
AFIRMÓ ESTE LATINO.
Seis días a la semana y aproximadamente cuatro meses, es el tiempo que Pacheco permanece trabajando en Carolina del Sur cada temporada.
Pues cuando llega el verano, la producción se congela, y él viaja a Florida para completar su trabajo anual como agrícola, pero también como carpintero y constructor. Como buen latino, “ se le mide a todo”.
Estando en el estado de Florida, allí la ‘cosa’ se pone un poco más complicada ya que Jonathan se dedica a recolectar un tipo de semilla especial que le acarrea ir hasta lo más profundo de los campos para poder encontrarla.
Algunas veces los químicos y otros ‘gajes’ de este oficio, se convierten en una labor de riesgo para él y por eso prefiere alternarla con otros trabajos complementarios.
“Uno como ser humano y como persona siempre trata de ir pasando y aceptar lo que venga, pero no solo aquí se sufre, se sufre en todo el mundo y yo trato de disfrutar la vida, inclusive de encontrar lo bueno a las cosas malas”, reflexionó mientras recordaba las arduas jornadas de trabajo.
Se trabaja pero se goza
Los domingos son sus únicos días de descanso y enfatiza en que no puede faltar la carne asada mientras comparte tiempo de calidad con sus amigos.
Visitar a sus familiares que viven en Carolina del Sur y grabar videos de la naturaleza, son algunas de las actividades que este trabajador esencial más disfruta de estar en Charleston.
Pues además de ser un trabajador incansable, también reveló estar grabando videos para su canal de Youtube que tenía cuando estaba en México, y planea seguir con este proyecto que conecta su amor por la naturaleza y la curiosidad de querer saber más sobre la pesca y los animales.
Emocionado por compartir su historia y con la gentileza de querer enviarle un mensaje a la comunidad, Jonathan eleva su mirada al horizonte y expresa:
“A veces renegamos mucho y yo quiero decirle a las personas que cumplan sus sueños, que aguanten porque aquí vienen muchos y se devuelven rápido, pero al final del día lo mejor sería estar bien con uno mismo, tener salud, dar la bienvenida a las nuevas cosas y aceptar las que vengan”.
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