Una persona espiritual es quien es congruente y consistente entre lo que piensa, lo que hace y lo que dice. Una persona espiritual vive con la intención de experimentar estados especiales de bienestar y libertad. Practica las virtudes a través del reconocimiento y aceptación de la realidad. Escucha la voz de su consciencia y confía. Para volver a ser una persona espiritual, como en su niñez, se requiere sobre todo disciplina y acciones.
Pasos que le pueden llevar a una vida espiritual:
Aprenda a distinguir a las personas toxicas. Enfóquese en la lección que cada persona que le rodea le trae a su vida y decida quienes deben quedarse y quiénes no.
Hágase responsable de las consecuencias de sus actos. Todas las situaciones en su vida son el resultado de sus acciones. No culpe a nada ni a nadie de lo que le sucede.
Prepárese para lo nuevo. Decía Einstein que hay que hacer cosas diferentes si queremos resultados diferentes. Las oportunidades siempre están frente a usted pero si no está listo/a para verlas y arriesgarse, jamás progresara. Hasta que usted esté preparado/a comenzara el cambio, ni antes ni después.
Deje ir lo que ya no le sirve, lo que ya termino. Siga adelante y siempre aprenda de la experiencia.
La espiritualidad se define como un camino de búsqueda y crecimiento personal, una posición de aceptación, comprensión, desarrollo y contento, NO de reproche y descontento. La vida puede aceptarse y concebirse como una aventura y no como un problema, como una posibilidad desafiante y extraordinaria, disfrútela como la extraordinaria realidad que es.
Los más espirituales son aquellos cuyo instinto es sano, son los más fuertes, los que sienten de manera espontánea que “el mundo es perfecto”. Una espiritualidad sana es la que te lleva a lograr todas tus metas, a vivir plenamente y consciente de tu realidad.
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