En esta foto publicada por la Agencia de Prensa Saudí (SPA), el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman, a la derecha, saluda al presidente Joe Biden, con un choque de puños tras su llegada a Jeddah, Arabia Saudí

Una reunión crucial para reparar una de las relaciones diplomáticas más importantes del mundo comenzó con un choque de puños, cuando el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman recibió al presidente estadounidense Joe Biden en un palacio real.

El primer encuentro, captado por la televisión saudí, se produjo cuando Biden bajó de su limusina presidencial en Jeddah, para una visita que pretende restablecer la larga asociación de sus países.

No se aprecia ningún tipo de calidez entre los líderes, y no hay ninguna de las palmadas o sonrisas que Biden o el príncipe heredero suelen mostrar cuando saludan a otros líderes.

Hasta ahora, Biden se había negado a hablar con el príncipe Mohamed, el presunto heredero al trono que actualmente ostenta su padre, el rey Salman. Biden ha criticado duramente al reino rico en petróleo por sus abusos de los derechos humanos, en particular el asesinato de Jamal Khashoggi, un periodista afincado en Estados Unidos.

Pero esas preocupaciones han sido eclipsadas desde entonces por otros desafíos, como el aumento de los precios del gas y la agresión iraní en Oriente Medio. Al mismo tiempo, Arabia Saudí intenta reforzar su relación de seguridad con Estados Unidos y busca inversiones para transformar su economía en una menos dependiente del bombeo de petróleo.

Los saudíes dieron una discreta bienvenida a Biden en el aeropuerto de Jeddah, sin ninguna de las ceremonias que acompañaron su parada de esta semana en Israel.

Biden fue recibido por el gobernador de La Meca, el príncipe Khalid bin Faisal, y por la embajadora de Arabia Saudí en Estados Unidos, la princesa Reema bint Bandar, y luego caminó por una alfombra de color lavanda que lo condujo a la limusina que lo llevó al palacio.

El presidente tenía previsto sentarse con el rey Salman, el monarca de 86 años que ha sufrido problemas de salud, incluyendo dos hospitalizaciones este año. A continuación, debía participar en una reunión más amplia en la que participaría el príncipe Mohamed, el presunto heredero al trono, conocido por sus iniciales MBS.

El futuro de la región, incluida la posibilidad de estrechar lazos entre Arabia Saudí e Israel, así como el flujo y reflujo del suministro mundial de petróleo, podría depender de la relación entre el presidente estadounidense de 79 años y el miembro de la realeza saudí de 36.

La visita puede considerarse ya una victoria para el príncipe Mohammed. Su llegada al poder ha marcado el comienzo de una nueva era para el reino, que está trabajando en la construcción de una industria militar y armamentística propia, dejando de depender del petróleo para obtener ingresos y estableciendo vínculos con Israel y otros países como protección contra la percepción de que Estados Unidos es un socio de seguridad menos fiable.