Rusia liberó a la estrella de la WNBA Brittney Griner en un intercambio de prisioneros de alto nivel, y Estados Unidos liberó al conocido traficante de armas ruso Viktor Bout, según informaron funcionarios estadounidenses.
El canje, en un momento de crecientes tensiones en torno a Ucrania, logró uno de los principales objetivos del Presidente Joe Biden, pero tuvo un alto precio, y dejó tras de sí a un estadounidense encarcelado durante casi cuatro años en Rusia.
El acuerdo, el segundo intercambio de este tipo con Rusia en ocho meses, consiguió la liberación de la estadounidense más destacada detenida en el extranjero. Griner, dos veces medallista de oro olímpica, fue encarcelada durante un mes por narcotráfico, lo que atrajo una atención sin precedentes sobre la población de detenidos injustamente.
La autorización de Biden para liberar a una delincuente rusa apodada en su día «la Mercader de la Muerte» puso de relieve la creciente presión a la que se enfrentaba su administración para que Griner regresara a casa, especialmente tras la reciente resolución de su causa penal y su posterior traslado a una colonia penitenciaria.
El canje fue confirmado por funcionarios estadounidenses con conocimiento directo de las negociaciones que no estaban autorizados a discutir públicamente el acuerdo antes de un anuncio de la Casa Blanca y hablaron bajo condición de anonimato.
Funcionarios rusos y estadounidenses habían transmitido un cauto optimismo en las últimas semanas tras meses de tensas negociaciones, y Biden dijo en noviembre que tenía esperanzas de que Rusia participara en un acuerdo ahora que habían concluido las elecciones de mitad de mandato. Un alto cargo ruso afirmó la semana pasada que era posible alcanzar un acuerdo antes de finales de año.
Aun así, el hecho de que el acuerdo fuera un intercambio de uno por uno fue una sorpresa dado que los funcionarios estadounidenses habían expresado durante meses su determinación de traer a casa tanto a Griner como a Paul Whelan, un ejecutivo de seguridad corporativa de Michigan encarcelado en Rusia desde diciembre de 2018 por cargos de espionaje que su familia y el gobierno estadounidense han dicho que son infundados.