Ariel Castro, acusado de secuestrar a tres jóvenes durante más de una década en la ciudad de Cleveland (EE.UU.), aceptó hoy la condena a cadena perpetua, sin opción a libertad condicional, más 1.000 años de prisión para evitar ser ejecutado.

Durante una audiencia preliminar, la defensa de Castro llegó a un acuerdo con la Fiscalía que evitará continuar con el juicio y una posible sentencia a pena de muerte para Castro, que se enfrentaba a 977 cargos en su contra.

“¿Usted entiende que nunca volverá a salir de la cárcel?”, preguntó el juez a Castro durante la audiencia, a lo que éste contestó un rotundo “sí”.

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