Originario de Elizabeth, NJ pero con raíces colombianas. James Barbosa cuenta su experiencia como veterano de guerra en la operación “Enduring Freedom in Afghanistan” en el año 2011.
Todo inició con el deseo de ser policía en Estados Unidos, James expresa que sus únicas dos opciones era ir a la universidad o prestar servicio.
“Decidí ir al U.S Army y estuve en la 4ta División de Infantería durante un total de cuatro años desde mi ingreso en el 2009. Mi idea era prepararme para ser policía pero irónicamente nunca lo fui ya que me enviaron a la operación Libertad duradera en Afganistán”,
ASEVERÓ BARBOSA.
Durante su preparación pre- guerra, este ex militar estuvo todo el tiempo entrenando en los campos de concentración de Fort Carson- Colorado, y siendo consciente de que en algún momento podría ser llamado para ir a Afganistán.

Sin embargo y con tan solo 24 años de edad, James tomó ese riesgo y narra que dos años más tarde llegaron las órdenes para dejar el país e ir directamente a Kandahar, ciudad donde nació originalmente el movimiento Talibán.
Siendo veterano de guerra en Kandahar
En mayo de 2011, una semana después de la muerte de Osama bin Laden, líder de Al Qaeda. James Barbosa aterrizó en Kandahar, la segunda ciudad más habitada de Afganistán para ayudar a la comunidad de ese país.
“En mi grupo éramos 12 infantes y lo que hacíamos era una labor similar como a un policía internacional, es decir, nuestra misión era investigar, buscar a los malos y proteger a la comunidad de tanta guerra”,
AFIRMÓ BARBOSA.
Aunque su desempeño era más comunitario o social, también estuvo expuesto a enfrentamientos contra los talibanes especialmente durante el mes de diciembre del año 2011.
“Recuerdo mucho que durante ese mes casi todos los días tuvimos que enfrentarnos con ellos, no sé por qué sucedió exactamente en esa temporada, pero tuvimos momentos muy duros en el que por fortuna todos salimos victoriosos”,
MANIFESTÓ ESTE LATINO-ESTADOUNIDENSE.




Fueron 352 días en los que su vestuario diario estaba acompañado de armas, tenía largas jornadas de trabajo, mucho desgaste físico y mental, incomodidad para dormir ya que lo hacían en la calle, en montañas, dentro de los camiones, y no contaban con baños fijos para suplir sus necesidades fisiológicas. Con lo único fijo que contaban eran con sus armas y con un maletín de supervivencia.
“Fue una experiencia muy dura, muy dura, muy dura, lo dice repetidamente James. Ser veterano de guerra genera traumas emocionales, físicos y psicológicos por las circunstancias que uno tiene que vivir y ver en el día a día. Además, no tenemos comunicación con las personas o relaciones que tenemos en el exterior, es una balacera física, miedo, entre otras cosas”,
RESALTÓ ESTE HÉROE DE GUERRA.
Pese a la carga emocional que experimentan los militares que van a la guerra, una de las cosas buenas que recuerda James, era el poder ayudar a los niños que veía en la calle.
“Yo siempre llevaba botellas de agua extras y cada vez que veía a los niños en las calles se las regalaba. Eso me hacía sentir muy bien porque aparte de ayudarlos quería que ellos se llevaran esa imagen de nosotros, que no somos malos o llegamos para matar sino para protegerlos a ellos”,
RELATÓ BARBOSA CON ORGULLO.
Efecto Post- Guerra
En el mes de mayo de 2012, James regresó a Estados Unidos y aunque todo parecía ir bien, tres años después empezó a sufrir el trastorno de estrés post- traumático.
“Entre en ataque de pánico, tenía mucha ansiedad, depresión, no quería hacer nada, se me había acumulado la pre -guerra, guerra y post -guerra. Empecé a ir al psicólogo, al psiquiatra, todavía sigo yendo pero ya lo manejo con más madurez y me siento mucho mejor”,
MENCIONÓ EL VETERANO DE GUERRA.
Todo este sufrimiento y momentos difíciles también le sirvieron como aprendizaje y fortaleza para aprender a enfrentar cualquier situación, según expresa James.

“Usé esa misma energía para reforzar y empezar a estudiar, en ese año sufrí pero después me llené de fuerza. Ahora siento que puedo sobrevivir a cualquier situación económica, social, afectiva, no siento miedo, puedo dormir donde sea, me siento más empoderado”,
ENFATIZÓ BARBOSA.
Opinando sobre la actual situación en Afganistán
Desde que James estaba allá manifiesta que no estaba de acuerdo con la guerra aunque le toco ir, y afirma que el haber arriesgado tantas vidas por una guerra que supuestamente iba frenar el terrorismo ha salido muy costoso para Estados Unidos, asi que era preferible invertir ese dinero en este país.
DIJO JAMES.
“Estoy de acuerdo con la decisión de Biden en no invertir más dinero, debió haber sido antes. En Afganistán los niños desde que nacen los están preparando para la guerra o haciendo “un lavado mental”, ellos siempre están en guerra, con rusia o con otros países, nunca nadie ha podido conquistar ese país, es un país muy regionalista”,
De ex Veterano de combate en Afganistán a Periodista
Después de haber cumplido los ocho años de contrato con el Ejército estadounidense y haberse retirado a sus 28 años de edad, James inició sus estudios de Media, Culture & Communication en la Universidad de Nueva York donde finalizó su pregrado y Máster.


Él expresa que siempre ha tenido pasión por el periodismo y estando en Afganistán grabó algunos videos y fotos y cuando fue a la universidad en NY, descubrió todo lo que podía hacer en periodismo e investigación y lo que puede lograr un latino en Estados Unidos.
“Me gustaría formar un ‘imperio de medios’, estoy tratando de desarrollar un proyecto en Colombia para exportar ese contenido a Estados Unidos. Quiero ser un vínculo entre estos dos países para ayudar a las personas que necesitan trabajo en Colombia y tienen talento”,
PUNTUALIZÓ JAMES QUIEN ADEMÁS TAMBIÉN ES UN BAILARÍN APASIONADO.
Y finalizó con esta reflexión:
«Nunca dejes que los muros del miedo impidan u opriman tus metas en la vida. Deja que el coraje que vive dentro de ti lo enfrente y lo atraviese a pesar de lo difíciles que puedan parecer estos obstáculos». Mi cita describe el coraje que los militares me ayudaron a construir como persona, y como estudiante. Las innumerables horas, semanas y meses de capacitación, incluido un año de despliegue en Kandahar, crearon la tenacidad que necesitaba para enfrentar mi enorme obstáculo: obtener un título universitario”.
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