Guatemala es una débil democracia en riesgo con un proceso electoral que se define en los próximos días. Los guatemaltecos tendrán que elegir entre un partido que representa a las viejas élites o por un partido de izquierda, hasta ahora desconocido y con tendencia a radicalizarse. 

Y así se encuentra esa pequeña pero estratégica nación en el Centro de América con una democracia capturada. Sin balances de poder y un sistema de justicia secuestrado y utilizado como maquinaria para eliminar la oposición. Existe una frase del periodista guatemalteco José Rubén Zamora que dice: “Guatemala es una clepto, narco dictadura que se recicla cada cuatro años”.

El Estado Capturado

La reciente cooptación del estado guatemalteco inicia con el gobierno de Jimmy Morales quien congregó a un grupo del poder social, religioso y económico, al narcotráfico, la putrefacta clase política y las fuerzas oscuras militares. Todos estos se unieron para contrarestar a seguir el camino del establecimiento del estado derecho y lucha contra la corrupción iniciada por la Naciones Unidas a través de la Comisión Internacional contra la impunidad en Guatemala (CICIG).

La CICIG entre sus aciertos, desaciertos, errores y falta de alcance político, cometió el grave error de sentirse encima de la ley y creerse omnipotente. Se lanzó en directo a atacar a todos los sectores de la sociedad con poder y creó un clima tan inestable que terminó aislándose y quedándose sola políticamente.

El Escenario electoral actual

Sandra Torres, Candidata Presidencial por la UNE.

Es importante hacer esta reseña, ya que la oportunidad que brindan estas nuevas elecciones en donde básicamente se enfrentan el estado corrupto y la oportunidad de retornar a una democracia pura. Sandra Torres regresa a su tercera “Segunda vuelta” representándo al “establishment” político, económico y militar.

Por otro lado, Bernardo Arévalo, un “outsider de la política” que genera dudas en los sectores conservadores pero representa una esperanza y alternativa independiente. Es importante reconocer que es hijo del primer presidente democrático y progresista de Guatemala, el Dr. Juan José Arévalo; y eso pesa mucho. Su trayectoria como diplomático, sociólogo, profesor y congresista ha sido modesta, sin mostrar claramente su carácter y credibilidad como estadista.

En un país conservador como Guatemala, es muy fácil tachar a cualquiera de comunista por tan solo pensar o hablar de tener “sentido social”. Pero cuando alguien que no ha tenido una trayectoria pública como Arévalo es muy difícil leer y mucho menos determinar si es un extremista de izquierda o no.

Bernardo Arévalo, Candidato por el Movimiento Semilla.

La realidad es que su enfoque social es evidente en su plan de gobierno. Estas ofertas son tan populares que ilusiona a muchos guatemaltecos. Entre las que resaltan es la inversión de Q24 billones en educación, salud y vivienda durante su gestión, sin especificar como pagará esa inversión. Otra que llama la atención es la lucha contra la corrupción, lo cual pone nerviosos a todo aquel parte de la fauna y flora política y económica del país.

La amenaza a la Democracia

El actual poder ejecutivo y el Presidente Alejandro Giamattei busca de todas las formas en aplacar la amenaza de Arévalo. Primero promovió a través de su Ministerio Público una investigación forzada, provocando allanamientos y acusaciones penales sobre el candidato presidencial y su partido Semilla. También dos semanas atrás, anunció el apoyo directo a Sandra Torres a través del partido de gobierno, Vamos. Esto se traduce en recursos ilimitados y estratégicos como:

  • Alcaldes que manejan el caudal político local
  • Politización de los empleados públicos
  • y capacidad de movilización en el dia de la elección.

Conclusiones

El escenario de las próximas elecciones de segunda vuelta en Guatemala son tan sombrías que se habla desde encarcelamiento del candidato Arévalo, fraude electoral y levantamiento popular si llegase a ganar Sandra Torres.

Indistintamente, el panorama del país no refleja ninguna mejoría. Si gana Torres, todo seguirá igual. Gana el establishment. Y la democracia se verá afectada por falta de instituciones de balance y rendimiento de cuentas así como la falta de libertad de prensa y expresión. 

Y si ganase Arévalo, veríamos un gobierno sin experiencia con vistas a que se pueda radicalizar hacia la extrema izquierda, busque hacer cambios bruscos y genere tal desconfianza que se encuentre nuevamente aislado, solo y sin capacidad de ejecución a mediano y largo plazo.

Los guatemaltecos una vez más se enfrentan este próximo 20 de Agosto ante elegir a mas de lo mismo ó a desafiar el temor de algo nuevo que brinda una oportunidad de cambio.