El gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, vetó una propuesta que habría permitido que los candidatos a la junta escolar en el condado de Lancaster se postularan como miembros de partidos políticos.
En su mensaje de veto el lunes pasado, McMaster dijo que no estaba necesariamente en contra de las elecciones de la junta escolar partidista, solo de la decisión de la Legislatura de aplicarlo solo a un condado.
El gobernador veta con frecuencia lo que se denomina proyectos de ley locales.
En cambio, McMaster sugirió que la Asamblea General apruebe una propuesta para cambiar las reglas de todos los distritos escolares del estado.
“Como ha dejado muy claro nuestra experiencia reciente, las elecciones de la junta escolar son de vital importancia. Por lo tanto, la forma en que se llevan a cabo estas elecciones amerita escrutinio y debate, y la propuesta de transición a elecciones partidistas puede tener mérito”.
escribió McMaster en su mensaje de veto.
Solo otros dos distritos en el estado, los condados de Horry y Lee, tienen carreras partidistas, aunque los funcionarios de esos distritos no han podido encontrar documentación que permita que las carreras se realicen de esa manera.
Los partidarios del proyecto de ley han dicho que la gente del condado de Lancaster quiere transparencia en las elecciones de la junta escolar en un condado que está creciendo rápidamente en población y en una dirección conservadora, citando problemas como COVID-19 y el plan de estudios.
Los opositores, como la Asociación de Juntas Escolares de Carolina del Sur, dijeron que aumentaría la polarización e inyectaría política en las juntas escolares en un momento importante cuando están considerando cómo enseñar sobre raza y cómo responder a COVID-19.
La Cámara inicialmente rechazó la propuesta en una votación de 47-49 con la unión de los demócratas y republicanos de la Cámara. Pero no pudieron acabar con la idea por completo y la propuesta luego fue aprobada con una votación de 57-39.
El Senado aceptó la propuesta sin votación registrada.
El veto del gobernador devuelve la propuesta a ambas cámaras, que deben obtener dos tercios de los votos para anular la decisión de McMaster.
