El impacto del fenómeno El Niño podrían ser devastadoras éste año. | Noticias El Informador | Huella Zero.

Willians Vélez recordó cómo el fenómeno de El Niño en la década de los 90 “partió” prácticamente el puerto ecuatoriano de Manta en dos. “Nuestra ciudad se vio afectada debido a las intensas lluvias, esto provocó inundaciones en los sectores aledaños a los cauces de los ríos: Manta y Burro”. Vélez, arquitecto y pastor principal de la iglesia “Hay Vida en Jesús”, dijo a Huella Zero que las lluvias provocaron deslaves y deslizamientos de tierra.

“El exceso de precipitaciones produjo que el sistema de alcantarillado público de aguas lluvias y servidas colapsara sobre todo en los sectores de la parroquia Tarqui, un área que conecta el sur y norte de la ciudad, Se hacía imposible cruzar de un lado a otro, provocando la suspensión del transporte público y privado, el comercio y todo tipo de actividades”

explicó Vélez.

Existe una alta probabilidad de que el fenómeno de El Niño se desarrolle a finales de este año, de acuerdo con información divulgada por la Organización Meteorológica Mundial (OMM). La OMM en su sitio web define a El Niño u Oscilación del Sur (ENOS), como “un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la atmósfera”.

Los avances en la tecnología han contribuido a que las predicciones sobre la llegada de este fenómeno puedan ser más exactas, de tal manera que los países puedan tomar las medidas necesarias que ayuden a prevenir sus peligros y consecuencias, pero esto no fue lo que ocurrió en Ecuador en la década de los 90.

“Cientos de familias perdieron sus viviendas y otro numeroso grupo también sufrió pérdidas. El agua de la inundación subió a niveles nunca vistos, en algunas casas hasta 1.20 metros (aproximadamente 4 pies) destruyendo enseres, vehículos y todo lo que El Niño encontró a su paso. En algunos casos transcurrieron semanas antes de que el agua bajara del cauce. Aún quedaban más de 60 cm de lodo (aproximadamente dos pies), muchos perdieron sus negocios y emprendimientos. Hubo zonas que debieron ser declaradas inhabitables por la magnitud de los daños sufridos en la infraestructura”

apuntó Vélez.

Vélez que ya vivió las consecuencias de El Niño recomienda que en todas las viviendas y comunidades deben mantener los sistemas de alcantarillado privado y público en buen estado y limpios para que los excesos de lluvia no los hagan colapsar.

El Niño y las altas temperaturas 

“Acabamos de tener los ocho años más cálidos registrados, a pesar de que tuvimos un enfriamiento de La Niña durante los últimos tres años y esto actuó como un freno temporal en el aumento de la temperatura global. Lo más probable es que el desarrollo de El Niño provoque un nuevo aumento en el calentamiento global y aumente las posibilidades de romper récords de temperatura”, aseguró en un comunicado el secretario general de la OMM, Prof. Petteri Taalas.

El Niño está relacionado con el aumento de las temperaturas, fuertes lluvias y sequías. El 2016 sigue siendo el año más caluroso registrado y según explica Taalas eso se debe a dos factores: el calentamiento global producido por el hombre y el fenómeno de El Niño. La OMM está instando a las comunidades y los gobiernos a prepararse para condiciones más cálidas y volátiles, citando una posible repetición de 2016.

“Sabemos que, con el cambio climático, los impactos de los eventos de El Niño van a ser más fuertes y hay que sumarle los efectos del cambio climático per se, que crecen todo el tiempo”, declaró al diario The Guardian, el profesor Adam Scaife, jefe de predicción a largo plazo de la Oficina Meteorológica del Reino Unido.

De acuerdo con información divulgada por la Organización Meteorológica Mundial desde febrero de 2023, ha habido un aumento significativo de las temperaturas de la superficie del mar en el Pacífico Ecuatorial, con un calentamiento notablemente más fuerte a lo largo de la costa de América del Sur.

“El Niño» suele traer consigo una temporada de huracanes más tranquila en el océano Atlántico y una mayor actividad de huracanes en el océano Pacífico, mientras que La Niña hace lo contrario, una dinámica que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA en inglés) ha comparado con un columpio.

Las aguas más cálidas asociadas al fenómeno de El Niño pueden influir en los eventos extremos de diferentes regiones, según la NOAA “Las áreas del norte de Estados Unidos y Canadá están más secas y cálidas de lo habitual. Pero en la costa del Golfo de Estados Unidos y el sureste, estos períodos son más húmedos que usualmente y aumentan la probabilidad de inundaciones».

El Informador Staff

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