Lo que se ha convertido cada vez más en el lugar al que acuden los estadounidenses para informarse, es también un lugar de primer orden en el que muchos obtienen información errónea, a la que los sitios de redes sociales se están esforzando por hacer frente.
La empresa matriz de Facebook, Meta, ha anunciado que está resucitando sus normas de las elecciones de 2020 para limitar la propagación de la desinformación y rechazará los anuncios que animen a la gente a no votar o pongan en duda la legitimidad de los próximos resultados.
Otra parte del plan incluye que los funcionarios de Meta se reúnan regularmente con los funcionarios electorales, algo que preocupa a algunos defensores de la libertad de expresión.
Twitter también está actualizando su Política de Integridad Cívica, con planes para «proteger la conversación, promover la seguridad y elevar la información creíble».
La cuestión para muchos críticos es quién determina lo que es creíble y lo que no lo es.
Durante años, los legisladores republicanos han argumentado que se les discrimina en las redes sociales.
Sin embargo, también hay problemas con la información descaradamente falsa que rodea a las elecciones y que se propaga como un incendio en la red.
Una organización sin ánimo de lucro respaldada por el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, donó 350 millones de dólares para ayudar a las oficinas electorales locales en 2020.
Los legisladores de ambos partidos siguen planteando su preocupación por el enorme poder de los gigantes de las redes sociales, ya que las elecciones están a la vuelta de la esquina.