Es muy probable que cuando despegó el primer vuelo comercial el 1 de enero de 1914 de St. Petersburg a Tampa, Florida, las emisiones de carbono que contribuyen a la contaminación del aire no eran una prioridad. En 2021, la aviación representó más del 2% de las emisiones mundiales de CO2 relacionadas con la energía. Las emisiones generadas por la industria aeronáutica crecieron más rápido en los últimos años que las emisiones producto de los vehículos automotores, el ferrocarril o el transporte marítimo, esto según datos de la International Energy Agency, IEA, Agencia Internacional de Energía. Las emisiones de carbono de la aviación aumentaron un 32 % entre 2013 y 2018.

Frente a esta realidad ha surgido la aviación ecológica. Según la NASA, la aviación ecológica es un término que se utiliza para describir las actividades de la industria que mejoran la eficiencia de las aeronaves y reducen la contaminación acústica y los gases de efecto invernadero, todo lo que a su vez reduce las emisiones de carbono. Las aerolíneas, los fabricantes de aeronaves y los aeropuertos están tomando medidas importantes para garantizar que la industria evolucione para brindar a los consumidores conscientes del medio ambiente opciones más ecológicas.

Durante los próximos siete años la NASA invertirá $425 millones para ayudar a Boeing a desarrollar un avión de demostración para su diseño Transonic Truss-Braced Wing, que la agencia espacial espera que mejore la eficiencia de combustible de la aviación comercial. “Nuestro objetivo es que la asociación de la NASA con Boeing para producir y probar un demostrador a gran escala ayudará a crear futuros aviones comerciales que sean más eficientes en combustible, con beneficios para el medio ambiente, la industria de la aviación comercial y los pasajeros en todo el mundo”, dijo el administrador de la NASA, Bill Nelson, en un comunicado. “Si tenemos éxito, podemos ver estas tecnologías en aviones que el público llevará a los cielos en la década de 2030”.

Boeing está desarrollando la configuración Transonic Truss-Braced Wing a través de la Asociación Nacional de Vuelo Sostenible, una iniciativa de la NASA para hacer que la aviación sea más respetuosa con el medio ambiente. Un componente clave de ese objetivo es reducir la cantidad de combustible requerida en vuelos comerciales. Las innovaciones, como alas largas y delgadas que reducen el peso total del avión, deberían reducir el consumo de combustible de la aeronave en aproximadamente un 30 % en comparación con otras aeronaves. 

La NASA también está trabajando en otras tecnologías que reducirían el consumo de combustible como aviones a propulsión eléctrica.  Explorar la tecnología de aviones eléctricos también es una gran ayuda para los objetivos extraterrestres de la NASA. La agencia demostró recientemente que es posible volar en otro mundo con el helicóptero Mars Ingenuity, que se convirtió en la primera máquina en realizar un vuelo controlado y propulsado en otro planeta en abril de 2021.

El Informador Staff

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