Charleston se vistió de Navidad para recibir el alegre desfile en el que los locales y turistas se reunieron en as aceras de sus calles para unirse a la celebración que este año la naturaleza le ofreció destellos de luz y calor.
Se sentía como una tarde de verano con un clima de 74 grados en pleno dos de diciembre a pocos días de llegar oficialmente el invierno. Las carrozas, los niños y las niñas con sus disfraces multicolores, la banda de las diferentes escuelas, la organización que trataba de mantener la policía, cada aspecto parecía tener su propio espacio y lugar para que las familias pudieran disfrutar.
Aunque en mi mente sonaba la canción Diciembre Llego con su Ventolera de el cancionero popular de Colombia, aquí se oían las melodías tradicionales de Rudolf the Red Nose Reindeer que es una de las canciones que nos recuerdan que ya estamos en la época de regalar, compartir, disfrutar y recordar la luz que el Ñino Jesús vino a dejar.
En medio de la celebración y el calor, de repente llegó la carroza llena de nieve y la alegre presencia de los patinadores de hielo quienes por las circunstancias del terreno patinaron con patines regulares. Saliendo de la calle Calhun, pasando por la calle King y terminando en la Broad street, éstos chicos y chicas trajeron la alegría de vivir la fría nieve que adornaba su carroza, no les apagó el fuego que traían en las ruedas con las que les corría esa tarde sus corazones. La consigna fue hacer bolitas de nieve para repartir a los participantes del desfile no para tirárselas, así que la nieve se le repartió a los niños que con alegría veían el desfile en las aceras. Hubo un instante en que grandes y chicos olvidaron la regla de no tirar nieve y repentinamente se formó una “pelea” de bolas de nieve en pleno desfile, en que todo convivía en armonía y en donde los espectadores y hasta las palmeras recibieron con sorpresa una sensación de frió.
Al caer la tarde, el tráfico volvió a las calles de Charleston, el desfile terminó y la nieve se derritió, y algo del calor humano fue lo que quedó en el recuerdo de los que fuimos testigos de la alegría de los niños y niñas que repartieron bolitas de nieve, la cual por pocas horas, adornaron la blanca Navidad que quedó grabada en el corazón de los que ese día se dijeron los unos a los otros Merry Christmas, la cual es una oración que celebra la presencia y el nacimiento del niño Dios. Al final, Navidad es otra forma de mantener el calor cuando encontramos la oportunidad de esparcir la bendición de Dios, quien en una fría noche de diciembre nació, y hoy con la alegría y el calor, algo de su amor se esparció.