Este tema es el segundo en la agenda del diálogo de paz que mantienen el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en La Habana desde hace casi un año, una negociación que busca poner fin a un conflicto armado de medio siglo que ha dejado más de 200.000 muertos.
La idea es que el acuerdo para la participación política del grupo rebelde establezca plenas garantías para las FARC a fin de que abandonen las armas y se conviertan en un movimiento político.
“Hay acuerdo parcial sobre el punto dos”, dijo a periodistas en Bogotá una fuente del Alto Comisionado para la Paz del Gobierno colombiano, que pidió el anonimato.
Poco después, el miembro del equipo negociador de las FARC Andrés París declaró que a las 11.00 hora local de La Habana (1600 GMT) se darán a conocer los documentos de la mesa.
Los detalles los “esperamos finiquitar en estas horas que faltan. No queremos adelantar nada”, dijo París antes de entrar a una nueva sesión de trabajo en el Centro de Convenciones de La Habana.
Las discusiones sobre la participación del grupo guerrillero en política han abarcado cinco meses.
Este es el segundo acuerdo parcial al que llegan las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos, luego de que en mayo lograron acercar posiciones sobre temas agrarios, que incluyen viejas demandas del grupo rebelde de acceso a la tierra para campesinos pobres y de un mayor apoyo social del Estado al sector rural.
Aún quedan varios puntos de la agenda por delante que incluyen el fin del conflicto, la lucha contra el narcotráfico y la compensación a las víctimas. La premisa de las conversaciones es que nada está definitivamente acordado hasta que quede pactado el último punto.
El diálogo, que constituye el primer intento en una década por poner fin al violento conflicto que ha dejado también miles de desplazados en el país sudamericano, ha atravesado por altibajos e incluso surgieron amenazas de abandonar la mesa de negociaciones.