Investigadores del Centro de Cáncer Hollings en MUSC están desarrollando un ensayo clínico para investigar el potencial de programar las células T para combatir COVID-19.
Según MUSC, las células T son:
«Un tipo de célula inmune con un papel clave en la protección de una persona de virus y bacterias. Que puede ayudar a un cuerpo a matar el virus mientras el sistema inmunológico se recupera».
Los primeros estudios en China indican que las infecciones por COVID-19 reducen el número de células T y que «la recuperación del paciente corresponde a que los números de células T vuelvan a los niveles normales».
Además, los investigadores descubrieron que una «carga viral» alta puede debilitar demasiado a las células T para combatir el virus.
Para acelerar la recuperación, el equipo de MUSC está trabajando para «reprogramar» las células T para combatir COVID-19. La reprogramación es casi como un tipo de acondicionamiento para las células,
«mejorando las capacidades metabólicas de las células para que no se agoten cuando se enfrentan al virus en un paciente. El objetivo es que las células T reduzcan la carga viral al eliminar suficientes partículas de virus … para permitir que el sistema inmunitario del paciente se recupere».
La prueba tendrá dos partes: reprogramar las células y evaluar la seguridad.
La primera parte incluirá «la recolección y el crecimiento de las células T que reconocen el virus». Las células se tomarán de pacientes recuperados con COVID-19, se validarán y se congelarán para su uso posterior.
La segunda parte es un ensayo de múltiples fases para evaluar la seguridad. Se inyectará una alta concentración de células T congeladas en alrededor de tres o cuatro pacientes actualmente enfermos con COVID-19. Luego, los pacientes serán monitoreados y se evaluará la efectividad del tratamiento.
Este proceso difiere de las terapias tradicionales con células T, ya que implican inyectar a los pacientes con cáncer sus propias células T, de modo que el cuerpo las acepte. En los pacientes con COVID-19, el sistema inmunitario es tan débil que, aunque las células T serán extrañas, «es poco probable que el cuerpo de un paciente con COVID-19 reaccione negativamente».
El equipo señaló que incluso si se descubre una vacuna COVID-19, esta investigación es crítica, ya que «las personas con un sistema inmunológico deficiente no se benefician» de las vacunas. Por lo tanto, dicen que es necesario un «enfoque alternativo de terapia celular».