Algunas personas ante distintas situaciones de estrés, se deprimen y no pueden seguir adelante; mientras otras, reaccionan de un modo diferente; con la fortaleza necesaria como para no derrumbarse, manejando sus emociones, manteniendo la lucidez y recobrando el equilibrio con rapidez, sobreponiéndose a cualquier situación difícil.
¿Qué es lo que hace que alguien pueda soportar sanamente cualquier cosa mientras otros no lo consigan y se hundan en una depresión sin salida? Parece ser que no se trata sólo de voluntad o fortaleza.
La persona que sufre depresión tiene baja su autoestima y sentimientos de culpa; se siente rechazada, abandonada y discriminada; no es capaz de elegir lo que es bueno para ella; de darse cuenta qué es lo que la hace sentir mal o de renunciar al estrés haciendo sólo lo que puede. La depresión puede afectar la zona del hipocampo del cerebro, se trata de una enfermedad.
Es por eso que el uso de antidepresivos evita esta anomalía y permite en muchos casos revertir el proceso. Los antidepresivos no sólo actúan a nivel de neurotransmisores sino que también tienen una función reparadora cerebral mediante la creación de nuevas neuronas que son las que reconstruyen la zona afectada.
Sin embargo, no siempre los antidepresivos resultan eficaces, hay que recibir terapia además, pues debido a la influencia que tiene la forma de vivir las experiencias, cada persona necesita desarrollar habilidades personales para afrontar la tristeza y que esta no se vuelva depresión. Las personas más sanas pueden experimentar tristeza, alegría, temor o enojo según las circunstancias, pero luego tienen la capacidad de tomar el control y recuperar su equilibrio emocional.
Pero otras, no consiguen controlar sus emociones, se bloquean y no pueden continuar con sus vidas. Es en estos casos que necesitan pedir ayuda para someterse al tratamiento que corresponde.
Fuente: Documental emitido por el canal Discovery Science.