Dos de los cuatro estadounidenses murieron en México cuando su furgoneta quedó atrapada en el fuego cruzado de grupos de cárteles rivales la semana pasada, informó el martes un alto funcionario mexicano. Los otros dos están vivos, uno de ellos herido.
Las cuatro personas son naturales de Lake City, según sus familiares y un portavoz.
El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, confirmó las muertes por teléfono durante una conferencia de prensa matutina del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, que dijo que los detalles sobre los cuatro estadounidenses secuestrados habían sido confirmados por los fiscales, según Associated Press.
López Obrador dijo que un sospechoso estaba bajo custodia, informó AP.
«Se va a encontrar a los responsables y se les va a castigar», dijo, refiriéndose a los arrestos realizados en los asesinatos en 2019 de nueve ciudadanos con doble nacionalidad estadounidense y mexicana en Sonora, cerca de la frontera con Estados Unidos.
Villarreal no dio detalles sobre el alcance de las lesiones del herido, y dijo: «ahorita las ambulancias y el resto del personal de seguridad van a dar el apoyo correspondiente.»
Los estadounidenses supervivientes fueron trasladados a la frontera, cerca de Brownsville (Texas), en un convoy de ambulancias y todoterrenos mexicanos, según pudo ver un periodista de Associated Press el martes por la mañana. No estaba claro de inmediato si los cuerpos de los fallecidos también estaban siendo devueltos a Estados Unidos.