La semana pasada, más estadounidenses solicitaron prestaciones por desempleo, ya que el número de parados sigue aumentando modestamente, aunque el mercado laboral sigue siendo una de las partes más fuertes de la economía estadounidense.
Las solicitudes de ayuda al desempleo para la semana que terminó el 30 de julio aumentaron en 6.000, hasta 260.000, frente a las 254.000 de la semana anterior, informó el jueves el Departamento de Trabajo. Las primeras solicitudes suelen reflejar los despidos.
La media de cuatro semanas de solicitudes, que equilibra los altibajos semanales, también subió respecto a la semana anterior, hasta 254.750.
El número total de estadounidenses que cobraron prestaciones por desempleo en la semana que terminó el 23 de julio aumentó en 48.000 respecto a la semana anterior, hasta 1.416.000. Esta cifra lleva meses en mínimos de 50 años.
El martes, el Departamento de Trabajo informó de que los empresarios estadounidenses publicaron menos ofertas de empleo en junio, en un momento en que la economía se enfrenta a una inflación persistentemente alta y a la subida de los tipos de interés.
Las ofertas de empleo cayeron a un nivel todavía alto de 10,7 millones en junio, frente a los 11,3 millones de mayo. Las ofertas de empleo, que nunca habían superado los 8 millones en un mes antes del año pasado, habían superado los 11 millones todos los meses desde diciembre hasta mayo antes de caer en junio.
Se espera que el informe de empleo del Departamento de Trabajo correspondiente a julio, que se publicará el viernes, muestre que los empresarios añadieron otros 250.000 puestos de trabajo el mes pasado, lo que sería una cifra saludable en tiempos normales, pero sería la más baja desde diciembre de 2020, cuando la economía mundial estaba siendo devastada por la pandemia.
Los economistas esperan que la tasa de desempleo se mantenga en el 3,6% por quinto mes consecutivo.
Aunque el mercado laboral sigue considerándose fuerte, recientemente se han anunciado algunos despidos de alto nivel en Tesla, Netflix, Carvana, Redfin y Coinbase. Otras muchas empresas, especialmente del sector tecnológico, han anunciado la congelación de las contrataciones.
Otros indicadores señalan cierta debilidad en la economía estadounidense. El gobierno dijo la semana pasada que la economía estadounidense se contrajo un 0,9% en el segundo trimestre, la segunda contracción trimestral consecutiva.
Los precios al consumo siguen disparados, con un aumento del 9,1% en junio respecto al año anterior, el mayor incremento anual en cuatro décadas. En respuesta, la Reserva Federal subió su principal tipo de interés la semana pasada en otros tres cuartos de punto. Esta subida se suma a la de tres cuartos de punto de junio y a la de medio punto de mayo.
La subida de los tipos ya ha hecho caer las ventas de viviendas, ha hecho más onerosa la perspectiva de comprar un coche nuevo y ha hecho subir los tipos de las tarjetas de crédito.
Todos estos factores dibujan un panorama divergente y confuso de la economía post-pandémica: La inflación está afectando a los presupuestos de los hogares, obligando a los consumidores a reducir el gasto, y el crecimiento se está debilitando, lo que hace temer que la economía pueda entrar en recesión.