Millones de habitantes en casi medio país se encuentran sufriendo por la falta de agua
La extrema e histórica sequía que azota casi la mitad de la República Mexicana en distintos grados se ha agravado en los últimos meses como consecuencia del intenso calor, la falta de lluvias y los efectos del cambio climático, pero es en la ciudad de Monterrey donde la población está más desesperada. Monterrey tiene una población de 5.3 millones de habitantes
El problema no es reciente, ha estado presente durante casi siete años, a este punto se han agotado las reservas y las autoridades del estado de Nuevo León se han visto obligadas a racionar el consumo del líquido vital.
Desde el pasado 4 de junio entró en vigor una estricta regla: el suministro de agua solo se podía garantizar durante seis horas diarias, de 4 a 10 de la mañana, y se suspendió el programa “Agua para Todos”, con el que se realizaban cortes programados un día a la semana.
El director de la Agencia de agua y drenaje de Monterrey, Juan Ignacio Barragán, declaró que las cada vez más elevadas temperaturas en la región y la escasez de lluvias han agravado la crisis. “Es una situación que nos obliga a tener que racionar el agua para poder tener una distribución equitativa en toda la ciudad”.
Después de casi tres semanas con el suministro de agua restringido, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, aseguró que la mitad de la ciudad tendrá abastecimiento durante 11 horas en los próximos días, luego de que por fin se registraran precipitaciones en el área.
Durante la sequía García tuvo que tranquilizar a los inversionistas nacionales y extranjeros aclarando que el estado tenía agua suficiente para las empresas y para el uso industrial, aunque no para el consumo humano.
Seis estados se mueren de sed
Un mapa del Monitor de Sequía muestra cómo la falta de agua está afectando varios estados: seis de ellos están atravesando por una sequía extrema, y dos sufren de sequía excepcional.
Christian Domínguez Sarmiento, investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, explicó la situación.
“Al haber menos lluvias, la radiación entra de manera directa al territorio mexicano y hace que se evapore el agua, lo que genera que se reduzca el nivel de las presas”.
Mientras que el mapa del Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) señala que son 15 estados de los 32 de la nación azteca los que padecen un nivel hídrico “extremadamente alto”, lo que significa que la demanda de agua rebasa la cantidad disponible.
La población de Nuevo León se alarmó cuando se difundieron fotografías que mostraban el suelo seco y con grietas en el área de la presa “La Boca”, la más pequeña de las que tiene Monterrey.
El área metropolitana de esa ciudad industrial cuenta con dos fuentes de abastecimiento: una es subterránea, los pozos, y la otra es de aguas superficiales: las presas Cerro Prieto, El Cuchillo y la antes mencionada, La Boca.
Esta última tiene capacidad para 1,123 millones de metros cúbicos y su nivel se ubica a 9.78 %. Mientras que la de El Cuchillo, la principal fuente de abastecimiento para los poco más de cinco millones de habitantes de Monterrey, tiene un aforo de 39.5 millones de metros cúbicos, y está con un 9.78 %.
Los recortes temporales de agua ordenados por el gobierno a finales de marzo pasado hicieron que las personas abarrotaran las tiendas para comprar tanques, cisternas y tinacos para sus hogares y negocios. Varios residentes han peleado por el líquido, y también se han registrado bloqueos de carreteras para presionar al gobierno y exigirle el suministro de agua.
La situación es tan preocupante que la población incluso ya tuvo que recurrir a la ayuda divina, y en marzo pasado el arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, ofició la misa dominical en la presa La Boca para pedir por lluvias que le volvieran a dar vida a los embalses.