Refugiados afganos caminan por un campo de refugiados afganos en la Base Conjunta McGuire Dix Lakehurst, Nueva Jersey, el 27 de septiembre de 2021. (AP Photo/Andrew Harnik,)

Un año después de la retirada estadounidense de Afganistán y de la caída de Kabul en manos de los talibanes, los refugiados afganos se enfrentan a una serie de retos para reasentarse en Estados Unidos.

«En el último año, hemos emprendido un esfuerzo hercúleo de reasentamiento de decenas de miles de afganos en comunidades de todo el país. Ha sido realmente una misión de manos a la obra. Y ha sido realmente inspirador ver cómo todos, desde los veteranos hasta los grupos cívicos y las comunidades religiosas, han colaborado», dijo Krish Vignarajah, director general de los Servicios Luteranos de Inmigración y Refugiados.

«Nuestros nuevos vecinos afganos se están asentando de forma lenta pero segura. Vemos lo aliviados que están de estar a salvo, de ver que encuentran un sentido de comunidad y de ver lo esperanzados que están por el futuro.»

Pero Vignarajah dice que adoptar un nuevo país, junto con su cultura y su idioma, puede «parecer más un maratón que un sprint».

Uno de los principales obstáculos para los refugiados afganos es uno con el que también lidian muchos estadounidenses: encontrar una vivienda asequible.

«Hemos podido colocar a prácticamente todos nuestros clientes en el LRS en viviendas estables y de larga duración, pero sabemos que hay escasez de opciones asequibles. Y por eso uno de nuestros principales objetivos ha sido asegurarnos de que nuestros vecinos afganos puedan encontrar trabajo, que puedan alcanzar la autosuficiencia», dijo Vignarajah.

«Afortunadamente, están motivados, son entusiastas, quieren trabajar y también encontramos empleadores ansiosos que buscan empleados fiables, capacitados y ambiciosos».

Pero además, Vignarajah afirma que muchos refugiados afganos tienen problemas de salud mental.

«Están lidiando con el trauma de perder su patria, de tener que navegar por una nueva vida», dijo Vignarajah.