“En nombre del Cielo os pido posada…” Así comienzan las hermosas Posadas de la tradición mexicana. Los dueños de la casa hacen de los dueños de los lugares en los que José y María tocaban y tocaban las puertas para albergarse en ese invierno en el que nació el niño Jesús. Después de varios rechazos, finalmente en la última estrofa se canta: “¡sigan adelante!” Los invitados entran a la casa y a partir de ahí se reza la Novena. Algunos países latinoamericanos no hacen esa parte de la novena, lo que sí es común es lo que se canta y se reza.
El 16 diciembre se inició la Novena, la cual es un espacio de oración y reflexión para analizar cuándo decimos no al amor o cuándo decimos no a la presencia de Dios como fuente de amor en nuestro corazón, así como les dijeron no en los mesones en los que rechazaban a José y María.
Así que, cada Novena celebrada en iglesias y casas es un decir: “¡sí!” a recibir a las familias que quieren orar unidas. Algunas de las palabras del primer día, el sacerdote recordó el valor y la lucha de los inmigrantes quienes necesitamos rescatar la fe y el sentido de comunidad al continuar con encuentros de oración como lo es esta tradición. El primer día los organizadores fueron la familia Angel, quienes como su apellido lo indica, fueron ángeles que con su mágica presencia y sus atenciones, recibieron y atendieron con amor a los participantes de la Novena en donde sirvieron ponche de frutas, arroz con leche, pan de bono, entre otras delicias, que fueron preparadas por las familias participantes.
Las posadas y novenas, más que hacer parte de una religión o de un país, son un encuentro de amor que celebra las perseverancia de José y María para traer a este mundo al Niño Jesús. Pensemos en los momentos en que, como José y María, muchas veces somos rechazados, pero que al final resultan ser momentos que nos hacen crecer. Por todo esto, encontrar inspiración en las lecturas y los cantos que se entonan en estos días con maracas que suenan con alegría, se vuelve alimento para el espíritu para continuar con nuestras travesías.